La razón de ser de la Casita de la Divina Providencia sigue siendo el Evangelio del amor de Cristo vivido por todos los hijos espirituales de San José B. Cottolengo: Religiosos, Laicos, Trabajadores y Voluntarios. Cottolengo: Religiosos, Laicos, Trabajadores y Voluntarios. Como “obra del Evangelio”, es un hogar que acoge, cuida y dignifica a la persona en cualquier situación en que se encuentre, reconociendo su irrepetible dignidad de persona humana y de hijo de Dios, amado por Él desde el principio. Acercándose a la realidad del Cotenario, la gente de hoy puede experimentar “otra visión de la vida” y de la persona humana y aprender a decir, junto con nosotros, los cotengues, esa palabra que calienta el corazón y abre la esperanza: “Quiero que estés ahí”.